A mayor satisfacción laboral, mayor productividad tiene la empresa. Si el trabajador está motivado, esta situación beneficia a la compañía, según recoge la consultora Randstad.

Los trabajadores satisfechos laboralmente están más motivados, más comprometidos y son más productivos, lo que comporta numerosos beneficios tanto para el propio trabajador como para la empresa. El reto pasa, pues, por crear unas condiciones y un ambiente de trabajo en el que los empleados se sientan cómodos, valorados y satisfechos. No es ningún secreto que cuando una persona está satisfecha en su trabajo, sus ganas de asumir nuevas responsabilidades y el grado de compromiso con la empresa aumentan. Suelen ser trabajadores que disfrutan con lo que hacen, a los que no les da pereza poner en marcha nuevos proyectos, que apuestan por un modelo colaborativo a la hora de trabajar y que asumen un rol más proactivo en su día a día, actitudes que generan múltiples ventajas para la compañía. La compañía debe favorecer un clima laboral adecuado, donde el empleado se sienta valorado y cuente con la confianza de sus compañeros y superiores, factores clave para la captación y retención de un... leer más